Rosemblat en la mira: ¿Feministas decepcionadas tras entrevista a Cordera?
La entrevista de Pedro Rosemblat a Gustavo Cordera en su canal de streaming, Gelatina, ha desatado una fuerte polémica, generando críticas incluso desde sectores feministas. Malena Pichot, reconocida figura del feminismo local, expresó públicamente su desilusión, cuestionando la decisión de darle espacio a Cordera, quien en 2016 realizó comentarios profundamente misóginos y violentos.
¿Por qué la polémica?
La controversia se centra en las declaraciones de Cordera en 2016, donde afirmó: "Hay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo". Estas palabras generaron un repudio generalizado y marcaron un antes y un después en la carrera del músico, quien fue objeto de una fuerte "cancelación" social y enfrentó consecuencias legales.
La elección de Rosemblat de entrevistar a Cordera ha sido interpretada por muchos como una validación de sus ideas, o al menos, como una falta de sensibilidad hacia las víctimas de violencia de género. Pichot, en su programa Furia Bebe, ironizó sobre la sorpresa que generó la entrevista, dado que Gelatina era percibido como un medio con sensibilidad feminista.
La defensa de Rosemblat y el debate en redes
Si bien Rosemblat no ha emitido un comunicado oficial defendiendo la entrevista, el debate en redes sociales se ha encendido. Algunos usuarios han comparado la situación con la anterior aparición de Cordera en el programa de Mario Pergolini, Otro Día Perdido. Pichot respondió a estas comparaciones señalando que el público no espera nada de Pergolini, mientras que sí deposita ciertas expectativas en figuras como Rosemblat, con un discurso progresista y cercano al feminismo.
La entrevista a Cordera reabre el debate sobre la cultura de la cancelación, los límites del perdón y la responsabilidad de los medios de comunicación al dar voz a personas con un historial de declaraciones controversiales. El caso de Cordera, quien promociona un recital de cierre de gira, ejemplifica la complejidad de estos debates en el contexto actual.
La polémica continúa, dejando en evidencia las tensiones existentes dentro del propio movimiento feminista y la necesidad de un diálogo profundo sobre cómo abordar casos de figuras públicas que han incurrido en discursos de odio y violencia de género.