Atentado a la AMIA: 31 años entre actos, polémicas y nuevas amenazas
A 31 años del devastador atentado contra la AMIA, la memoria colectiva argentina se enfrenta a un nuevo aniversario marcado por actos conmemorativos, controversias persistentes y un panorama global de terrorismo en constante evolución.
Actos y Conmemoraciones
Este viernes, se realizarán diversos actos para recordar a las 85 víctimas del atentado. La AMIA y la DAIA organizarán un evento frente al predio de Pasteur 633, con la presencia del presidente Javier Milei. Simultáneamente, familiares y amigos de las víctimas, nucleados en Memoria Activa, se congregarán en Plaza Lavalle. Por la tarde, la Asociación de Abogados será sede de un encuentro con la participación de APEMIA, Memoria Activa y el Llamamiento Argentino-Judío.
Reviviendo el pasado: El caso Nisman
En un giro polémico, el fiscal Eduardo Taiano ha reactivado la investigación sobre la muerte de Alberto Nisman, convocando a declarar a un gran número de militares y civiles ligados a Inteligencia del Ejército. Esta medida, a más de una década del fallecimiento de Nisman, ha generado controversia y cuestionamientos sobre su oportunidad y efectividad.
El Terrorismo Hoy: Un nuevo paradigma
El atentado a la AMIA, ocurrido en 1994, se inscribe en una lógica de terrorismo diferente a la que vemos hoy. Mientras que organizaciones como ETA o el IRA buscaban objetivos políticos y evitaban víctimas indiscriminadas, grupos como los responsables del atentado a la AMIA y, posteriormente, Al Qaeda, apuntan a generar terror a gran escala.
Transformaciones y desafíos actuales
En el presente, se observa una reestructuración de los grupos terroristas. En regiones como el Sahel africano, la motivación para unirse a estas organizaciones a menudo es económica, más que ideológica. Además, grupos como Hamas o la ex Al Qaeda en Siria controlan territorios y ejercen funciones estatales.
La conexión criminal
Una tendencia preocupante es la creciente conexión entre organizaciones terroristas y grupos criminales, quienes colaboran en el tráfico de armas, explosivos y personas.
A 31 años del atentado, la memoria de las víctimas sigue viva, mientras que el mundo se enfrenta a un terrorismo en constante evolución, que exige nuevas estrategias y una cooperación global reforzada.