ETA: Netflix estrena thriller español basado en infiltración real
Netflix ha estrenado "Un fantasma en la batalla", una película española que ha generado gran expectación y controversia. Dirigida por Agustín Díaz Yanes, la cinta se sumerge en la compleja y delicada lucha antiterrorista en España, inspirada en hechos reales relacionados con la organización ETA.
Un thriller político que divide a la crítica
La película ha provocado opiniones encontradas entre los críticos. Mientras algunos la tachan de "políticamente simplista e idealizada", otros elogian su guion complejo y la potente dirección de Díaz Yanes. Esta disparidad de opiniones ha generado un debate intenso sobre la representación de este período histórico.
La trama sigue a Amaia, una joven guardia civil que se infiltra en ETA con el objetivo de localizar escondites terroristas en el sur de Francia. La película explora el costo personal y psicológico de esta misión, donde la protagonista se enfrenta a la pérdida de identidad y a la constante amenaza de ser descubierta.
La lucha interna de una infiltrada
"Un fantasma en la batalla" se distingue por su enfoque en la tensión interna de la protagonista. A diferencia de otros thrillers de acción, la película se centra en el peligro constante de ser reconocida y en la dificultad de mantener una doble vida. La fotografía fría y los espacios cerrados refuerzan la sensación de encierro emocional y soledad que experimenta Amaia.
La película dialoga con otras producciones sobre el tema, como "La infiltrada", pero desde una perspectiva más íntima y menos literal. El director utiliza el suspense para explorar la conciencia del riesgo constante y la fragilidad de la identidad en un contexto de violencia y conflicto.
- Dirección: Agustín Díaz Yanes
- Protagonista: Susana Abaitua
- Tema: Infiltración en ETA, lucha antiterrorista
- Plataforma: Netflix
En definitiva, "Un fantasma en la batalla" es una propuesta arriesgada que invita a la reflexión sobre la complejidad de la lucha contra el terrorismo y sus consecuencias humanas. La última palabra, como siempre, la tiene el público.