De Príncipe a Andrés Mountbatten-Windsor: ¿Qué significa este cambio?
El Príncipe Andrés, envuelto en la controversia por su asociación con el caso Epstein, ha sido despojado de sus títulos reales y honores militares. Ahora, oficialmente se le conoce como Andrés Mountbatten-Windsor, un nombre que evoca un pasado monárquico marcado por reinvenciones y tensiones.
La decisión del Rey Carlos III de despojar a su hermano de sus títulos marca un hito en la historia reciente de la monarquía británica. Pero, ¿qué hay detrás de este cambio de nombre? ¿Cuál es el significado de Mountbatten-Windsor?
Un Apellido con Historia: De Saxe-Coburg and Gotha a Windsor
Para entender el presente, es necesario remontarse a 1917, en plena Primera Guerra Mundial. El sentimiento antialemán era palpable en el Reino Unido, y la familia real, con su apellido Saxe-Coburg and Gotha, no era ajena a la controversia. El Rey Jorge V, abuelo de Isabel II, tomó una decisión drástica: rebautizar la dinastía como Casa de Windsor, en honor al emblemático castillo. Este cambio no solo representó una nueva identidad nacional, sino que también sentó las bases para el apellido que hoy porta Andrés.
Mountbatten: Una Anglicización Estratégica
Siguiendo el ejemplo de Jorge V, el Príncipe Luis de Battenberg también optó por “anglicanizar” su apellido, transformándose en Mountbatten. Esta medida buscaba desvincularse de sus raíces alemanas y mostrar lealtad al espíritu patriótico de la época. Décadas después, Felipe de Grecia y Dinamarca, esposo de Isabel II, haría lo propio al adoptar el apellido Mountbatten antes de su matrimonio en 1947.
El Exilio de Andrés y el Futuro de la Familia Real
El Príncipe Andrés, además de perder sus títulos, ha sido expulsado del Royal Lodge y se espera que se traslade a Sandringham. Este destierro simboliza la determinación de la Familia Real de distanciarse de la controversia y proteger el legado del Rey Carlos III. La ex esposa de Andrés, Sarah Ferguson, también buscará una nueva residencia. Mientras tanto, sus hijas, Eugenie y Beatrice, conservarán sus títulos de princesas, reafirmando el compromiso de la Corona de proteger a los miembros inocentes de la familia.
El escándalo del Príncipe Andrés ha sacudido los cimientos de la monarquía británica. Sin embargo, la decisión del Rey Carlos III de tomar medidas drásticas demuestra la voluntad de la Corona de adaptarse a los tiempos y preservar su imagen ante el público. El futuro de la Familia Real dependerá de su capacidad para superar este desafío y mantener la confianza de sus súbditos.