El apellido Barros Schelotto resuena en el fútbol argentino. No solo por Guillermo, el Mellizo, ídolo de Boca y actual entrenador, sino también por Nicolás, su hijo, quien está forjando su propio camino en Gimnasia y Esgrima La Plata. La sombra del padre es alargada, pero Nicolás parece dispuesto a escribir su propia historia.
El peso del apellido y la identidad propia
Nicolás Barros Schelotto, mediocampista de 19 años, no se parece físicamente a su padre. Zurdo, alto y con un estilo de juego más enfocado en la marca, busca diferenciarse. Sin embargo, el apellido es inevitable. Su debut como titular en Gimnasia ante Estudiantes estuvo marcado por los silbidos, un anticipo de lo que podría vivir en cada partido.
Un destino marcado por rivalidades
El destino ha querido que los primeros partidos de Nicolás en la Primera División de Gimnasia lo enfrenten a los rivales que marcaron la carrera de su padre: Estudiantes, River y, próximamente, Vélez Sarsfield, donde Guillermo es el entrenador. Un cruce generacional que añade un atractivo especial.
Guillermo y Tevez: Una relación con luces y sombras
Más allá del presente de Nicolás, la figura de Guillermo Barros Schelotto sigue generando interés. Recientemente, su relación con Carlos Tevez, su ex compañero en Boca, volvió a ser noticia. Un saludo frío entre ambos despertó interrogantes y declaraciones que revelan una distancia personal, a pesar de los éxitos compartidos en el pasado.
- Éxitos compartidos: Copa Libertadores 2003 e Intercontinental 2003 con Boca.
- Diferencias tácticas: Debate sobre la posición ideal de Tevez cuando Guillermo era DT de Boca.
- Distanciamiento actual: "No tengo ningún tipo de relación fuera del campo de juego", declaró Guillermo.
El legado de Guillermo Barros Schelotto es innegable, pero tanto Nicolás como el propio Guillermo, a través de su relación con figuras como Tevez, demuestran que el fútbol es un mundo en constante evolución, donde las historias se entrelazan y las nuevas generaciones buscan su propio lugar.