La capital tucumana amaneció con un nuevo paro de colectivos, profundizando la crisis del transporte público que afecta a miles de usuarios. La medida de fuerza, impulsada por la Unión Tranviarios Automotor (UTA), se debe a la suspensión de 154 choferes por parte de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (AETAT).
¿Por qué el paro de colectivos en Tucumán?
Según la UTA, el paro continuará hasta que se reviertan las suspensiones. Los empresarios, por su parte, alegan una crisis económica en el sector y la imposibilidad de pagar salarios sin un aumento en el precio del boleto o mayores subsidios. Esta situación ha generado un conflicto que se extiende en el tiempo, con los usuarios como principales perjudicados.
Líneas afectadas y posible solución
Casi todas las líneas de colectivos, de la 1 a la 19, están paralizadas, con la excepción de la línea 8. Se espera que en las próximas horas se realice un plenario de delegados de la UTA para evaluar cómo continuarán las medidas de fuerza. Asimismo, se estaría confirmando una mesa de diálogo para el viernes en el Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán, lo que podría abrir una ventana de esperanza para resolver el conflicto.
Aumentos y subsidios: el centro del debate
El conflicto actual se enmarca en un contexto de aumentos constantes en las tarifas del transporte público y reclamos de los empresarios por mayores subsidios. Un informe reciente reveló que las tarifas de colectivos urbanos en todo el país han aumentado significativamente por encima de la inflación en los últimos años, generando un fuerte impacto en el bolsillo de los usuarios.
- La UTA exige la reincorporación de los 154 choferes suspendidos.
- AETAT argumenta crisis económica y falta de recursos.
- Usuarios sufren las consecuencias del paro y los aumentos de tarifas.
La situación en Tucumán refleja una problemática que se repite en varias ciudades del país, donde la falta de acuerdo entre empresarios, gremios y autoridades genera un impacto negativo en la calidad del servicio y en la economía de los ciudadanos. La resolución de este conflicto requiere un diálogo constructivo y la búsqueda de soluciones que beneficien a todas las partes involucradas.