El Everton se enfrenta al Fulham en un partido crucial este sábado, buscando desesperadamente volver a la senda del triunfo. La presión sobre David Moyes, el entrenador del Everton, aumenta tras una racha de resultados decepcionantes, con solo una victoria en sus últimos ocho partidos en todas las competiciones.
Una victoria en el Hill Dickinson Stadium no solo aliviaría la presión sobre Moyes, sino que también le permitiría unirse a un club exclusivo de entrenadores de la Premier League junto a figuras legendarias como Alex Ferguson y Arsene Wenger. Sin embargo, ambos equipos llegan al partido con importantes bajas debido a lesiones.
Everton sin Nuevas Preocupaciones por Lesiones, Pero con Bajas Clave
Iliman Ndiaye estará en forma para el partido, disipando las dudas sobre su estado físico. Moyes confirmó que el internacional senegalés ha entrenado y debería ser titular contra el Fulham. Ndiaye ha disputado 12 partidos esta temporada, marcando cuatro goles y dando una asistencia, a pesar de haber sido desplazado a la banda derecha para dar cabida a Jack Grealish.
Su ausencia habría sido un duro golpe para el equipo de Moyes. "Está bien, entrenó hoy, así que esperemos que todo esté bien", dijo el entrenador en su rueda de prensa previa al partido.
Jarrad Branthwaite y Nathan Patterson siguen siendo baja por lesión para los 'Blues', pero no hay otras preocupaciones por lesiones.
Fulham con Una Baja Importante para Enfrentar al Everton
Marco Silva, ex entrenador del Everton y ahora al mando del Fulham, ofreció una actualización sobre el estado de varios jugadores antes de su regreso a Merseyside.
Antonee Robinson es el único jugador que se perderá el partido por parte de los visitantes, y Silva se negó a dar un plazo para su regreso. En su rueda de prensa previa al partido, confirmó que el estadounidense está "mejorando", pero "no puedo dar ni siquiera un plazo ahora".
Rodrigo Muniz está lo suficientemente en forma para comenzar el partido, después de haber jugado solo 18 minutos contra los Wolves la semana pasada.
El encuentro se presenta como una batalla crucial para ambos equipos, con el Everton buscando desesperadamente una victoria para aliviar la presión sobre su entrenador y el Fulham buscando sumar puntos en su regreso a Merseyside.