El Superclásico entre Boca y River se acerca y, con él, la designación del árbitro Nicolás Ramírez ha generado controversia. Será la tercera vez consecutiva que Ramírez dirija el encuentro más importante del fútbol argentino, una decisión que no ha sido bien recibida por todos, especialmente en el lado Xeneize.
¿Un árbitro con experiencia o un recuerdo amargo?
Ramírez, de 38 años y con proyección internacional, es considerado uno de los mejores árbitros del país. Su experiencia como jugador y profesor de Educación Física le otorgan una visión integral del juego. Sin embargo, en Boca Juniors aún recuerdan su actuación en el último Superclásico disputado en La Bombonera, donde River se llevó la victoria por 1-0.
En aquel partido, Ramírez anuló un gol de Milton Giménez sobre la hora, tras una revisión en el VAR, por una mano del delantero. Además, no sancionó un posible penal de Armani. Estas decisiones generaron fuertes protestas y críticas por parte de los jugadores y la dirigencia de Boca.
Los reclamos de Boca: ¿Penal no cobrado y amarillas rápidas?
Desde Boca Juniors argumentan que, además del gol anulado, existió un pisotón de Franco Armani sobre Giménez que debió ser sancionado con penal. También se quejan de las rápidas tarjetas amarillas que mostró Ramírez en el último Superclásico disputado en el Monumental.
A pesar de las críticas, la designación de Ramírez demuestra la confianza que la AFA tiene en su capacidad para dirigir un partido de alta tensión como el Superclásico. Su experiencia, su temple y su conocimiento del reglamento son cualidades que lo convierten en un árbitro apto para este tipo de encuentros.
¿Qué podemos esperar del Superclásico con Ramírez como árbitro?
Es probable que Ramírez busque mantener el control del partido a través de la disciplina, sin dejar que la pasión lo desborde. Su estilo se caracteriza por la coherencia y el equilibrio, buscando que la justicia prevalezca en el campo de juego. Sin embargo, las decisiones polémicas del pasado reciente seguramente añadirán una capa extra de tensión al Superclásico.
- Atención al VAR: Dada la controversia generada en el pasado, la utilización del VAR será crucial para evitar errores que puedan influir en el resultado del partido.
- Control emocional: Tanto los jugadores como el árbitro deberán mantener la calma y evitar reacciones que puedan perjudicar el desarrollo del encuentro.
- Aplicación del reglamento: Ramírez deberá aplicar el reglamento de forma rigurosa y coherente, sin dejarse influenciar por la presión del público o las protestas de los jugadores.
El Superclásico es un partido que paraliza al país y la designación del árbitro siempre genera debate. En esta ocasión, la elección de Nicolás Ramírez ha reavivado viejas polémicas y ha añadido un ingrediente extra de tensión al encuentro. Solo el tiempo dirá si su actuación estará a la altura de las expectativas y si logrará impartir justicia en el campo de juego.