La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) se encuentra sumida en una profunda crisis institucional, con su presidente, Claudio Tapia, y Pablo Toviggino en el centro de la tormenta. Acusaciones de manejos turbios, alteración de documentos y falta de transparencia han erosionado la poca legitimidad que les quedaba, generando el repudio de hinchas, dirigentes y futbolistas.
Sospechas de adulteración de documentos
El escándalo más reciente involucra sospechas sobre la fecha de un artículo que supuestamente rendía homenaje a los clubes campeones. Se cree que el documento, fechado el 12 de febrero, fue en realidad redactado el 23 de noviembre, después de la finalización del partido entre Central y Estudiantes. El nivel de detalle en la redacción, ajustado a lo ocurrido en Rosario, ha generado indignación y alimentado la desconfianza hacia la AFA.
Un campeón de escritorio
La creación repentina de un nuevo "producto", el campeón de la Liga (el equipo con más puntos en el año), ha desatado polémica. La decisión, aparentemente tomada sin consenso y con un reglamento ajustado a medida, ha sido interpretada como una maniobra para favorecer a ciertos equipos y consolidar el poder de Tapia.
El silencio cómplice y el miedo
La situación se agrava por el silencio de los dirigentes, quienes, según fuentes internas, callan por miedo a represalias. La falta de transparencia y la concentración de poder en manos de Tapia, quien controla árbitros, el comité de Disciplina y a dirigentes aliados, han creado un ambiente de opresión y desconfianza.
¿Qué sigue para la AFA?
La crisis en la AFA exige una investigación exhaustiva y la depuración de responsabilidades. La transparencia, la rendición de cuentas y el respeto por las normas son fundamentales para restaurar la credibilidad de la institución y devolverle la confianza a los aficionados. La integridad del fútbol argentino está en juego.
- Alteración de documentos.
- Falta de transparencia.
- Silencio cómplice de los dirigentes.
- Concentración de poder en la figura de Tapia.