La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) ha anunciado un paro nacional que promete sacudir el panorama político y social argentino. La medida de fuerza, que incluirá protestas “sorpresivas” a lo largo del mes de diciembre, se llevará a cabo el día en que el Congreso de la Nación trate la controversial reforma laboral impulsada por el gobierno de Javier Milei.
Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE, fue contundente al afirmar que “están dadas todas las condiciones para convocar a una huelga general”. Sus declaraciones reflejan el creciente malestar entre los trabajadores estatales, quienes ven en la reforma laboral una amenaza a sus derechos y conquistas.
¿Por qué ATE llama al paro nacional?
El gremio denuncia una falta de diálogo y consenso por parte del gobierno, acusándolo de imponer medidas sin escuchar las demandas de los trabajadores. Aguiar señaló que el “Consejo de Mayo terminó siendo una encerrona para el sindicalismo”, un ámbito que, según él, fue utilizado para dilatar los tiempos y evitar la discusión genuina de los problemas.
La decisión de convocar al paro nacional fue tomada por unanimidad en el Consejo Federal de ATE, realizado en San Luis. Los representantes de las 191 seccionales del gremio habilitaron a la Conducción Nacional para definir la realización de protestas “sorpresivas” durante el próximo mes, demostrando un fuerte respaldo a la medida de fuerza.
¿Qué esperar del paro y las protestas?
Si bien ATE no ha especificado la naturaleza de las “protestas sorpresivas”, se espera que sean acciones de visibilización y presión en distintos puntos del país. El paro nacional, por su parte, paralizará la actividad de numerosos organismos estatales, afectando la prestación de servicios públicos y generando un impacto económico considerable.
La tensión entre el gobierno y los sindicatos se ha intensificado en las últimas semanas, y el paro nacional de ATE es una clara señal de que la conflictividad social está en aumento. Habrá que estar atentos a los próximos acontecimientos para ver cómo se desarrolla esta pulseada entre el poder ejecutivo y los trabajadores estatales.
Mientras tanto, las acusaciones de corrupción que involucran a la hermana del presidente, Karina Milei, en un esquema de sobornos en la ANDIS, añaden más leña al fuego. Aunque no ha sido formalmente imputada, su nombre ha sido vinculado al caso, lo que genera aún más descontento y desconfianza en la gestión actual.